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Investigadores desarrollan 'piel artificial' sensible al tacto

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Investigadores desarrollan 'piel artificial' sensible al tacto

Se podría usar en robots y posiblemente algún día para restaurar el sentido del tacto en pacientes con extremidades prostéticas

LUNES, 13 de septiembre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Sí, un robot industrial puede levantar partes de coches de diez toneladas sin ningún problema. ¿Pero puede lavar los platos?

Tal vez sí, según afirman investigadores, pero hace falta uno que tenga "piel", es decir, con apéndices que usen tecnología sensible a la presión que les permita ajustar las distintas cantidades de fuerza necesarias para manejar cualquier cosa, desde un pesado motor de NASCAR hasta un delicado huevo pasado por agua.

Ahora, un equipo liderado por Ali Javey, profesor asociado de ingeniería y ciencias informáticas de la Universidad de California en Berkeley, afirma que están trabajando justo en eso, en desarrollar una futurista piel artificial sensible al tacto y flexible a partir de semiconductores totalmente inorgánicos.

La tecnología, lamada "e-skin", está conformada por tiras miniaturizadas de transistores de nanocables de bajo voltaje del grosor de un pelo, basados por completo en materiales inorgánicos como silicona cristalina.

"La idea es tener un material que funcione como la piel humana, lo que significa incorporar la capacidad de sentir y tocar objetos", comentó Javey en un comunicado de prensa.

Javey y su equipo de la UC reportan sobre el progreso de su trabajo con la piel artificial en la edición avanzada en línea actual de la revista Nature Materials.

Usando una innovadora técnica de fabricación, Javey y equipo enrollaron e "imprimieron" nanocables en hojas flexibles de lámina de poliamida, en un esfuerzo por crear matrices de 18 por 19 píxeles conformados por cientos de nanocables semiconductores. El proceso se comparó con un cepillo de pelusa al revés, que en lugar de recoger fibras, depositó "pelos" de nanocables en una superficie pegajosa.

A su vez, estos cuadrados de siete centímetros de grosor se integraron en un material delgado de goma sensible al tacto.

El producto final es una piel artificial en proporciones parecidas a un guante que funciona con menos de cinco voltios de energía y que puede detectar un rango de presión adecuado para cualquier cosa desde escribir en un teclado a sostener un objeto.

Hasta la fecha, las pruebas muestran que la e-skin puede mantener la funcionalidad incluso tras 2,000 ciclos de doblado, anotaron los autores.

Javey y colegas esperan que la innovación pueda eventualmente desarrollarse para ayudar a restaurar el sentido del tacto a los pacientes con extremidades prostéticas.

Sin embargo, esta meta a largo plazo requerirá muchos avances tecnológicos importantes más para permitir a los investigadores integrar los sensores de la e-skin con el sistema nervioso del individuo.

Mientras tanto, el equipo seguirá con su trabajo, financiado en parte por la National Science Foundation y la Agencia de Proyectos de Investigación de Defensa Avanzados, para refinar su piel electrónica para una variedad de usos posibles.

"Es una técnica que puede potencialmente usarse más ampliamente", aseguró en el comunicado el becario postdoctoral y autor principal del estudio Kuniharu Takei. "Actualmente, el límite del tamaño de la piel artificial que desarrollamos es el tamaño de las herramientas de procesamiento que usamos".

healthfinder.gov
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